Muchas veces, el tamaño de nuestro salón es un problema. Hay que repartir en pocos metros cuadrados el sofá, el aparador, la mesa principal con sus sillas, la mesa de centro, pero ¿cómo conseguirlo sin sentir claustrofobia? Sigue leyendo porque a continuación te explicamos algunos trucos para evitarlo.
El tamaño sí importa
Una de las cosas más importantes a la hora de elegir muebles debe ser su tamaño; si dispones de poco espacio es aconsejable que los muebles también sean pequeños, por ejemplo, utilizando mesas de centro y aparadores bajos conseguiremos un efecto de mayor amplitud, evitando que el mobiliario se nos caiga encima.
La mesa de comedor es otro de los muebles que más espacio ocupa y que más nos condiciona. Una buena idea es recurrir a una mesa redonda y de cristal, porque el vidrio, aunque más frío, nos aporta transparencia y un toque de modernidad.
Colorín, colorado
Los colores y las formas de los muebles también juegan un papel muy importante a la hora de decorar espacios reducidos, y aquí el estilo nórdico minimalista es el rey. La madera y los tonos claros combinados con líneas rectas, nos hacen percibir el tamaño del salón mayor de lo que en realidad es.
Por supuesto, en salones pequeños debemos olvidar los colores oscuros y los muebles con formas demasiado recargadas. Es preferible que pintemos las paredes de nuestro salón con tonos claros (no necesariamente el blanco), usando tonos muy de moda como el visón, el piedra e incluso ciertas tonalidades pastel entre otros.
Y se hizo la luz!
Otro factor esencial para aumentar la sensación de amplitud en el salón es la iluminación. Los espacios con mucha luz (natural o artificial) tienden a verse de mayor tamaño. Si tu casa no tiene suficiente luz natural, reforcémosla con lámparas, a ser posible orientables, ya que permiten adaptar nuestras necesidades a las condiciones lumínicas. En espacios pequeños es aconsejable evitar las lámparas colgantes porque condicionan demasiado la ubicación de los muebles, haciendo más difícil futuros cambios en la distribución. Las lámparas de pie altas también nos ayudarán a la hora de hacer que nuestro salón parezca más grande.
¿Y qué hago con el sofá?
Es la hora de hablar del mueble por excelencia, el rey de la casa: nuestro sofá. No es necesario sacrificar comodidad por centímetros de sofá a la hora de amueblar nuestro pequeño salón. Existen ciertos trucos que nos pueden ayudar a elegir sofás para espacios reducidos. Por ejemplo, a la hora de colocar el sofá en el salón, colócalo sobre la pared, liberando así espacio del centro de la sala. Además, afortunadamente en el mercado ya podemos encontrar tamaños unifamiliares para solteros y parejas para pisos de 40 metros cuadrados.
Si lo que queremos es delimitar dos zonas, podemos utilizar el sofá para ello, pero siempre eligiendo colores similares para no sobrecargar el espacio visual. Los sofás rinconera o chaise longue son una gran idea, con ellos conseguiremos las mismas plazas que con los tresillos, pero ganaremos espacio extra en nuestro salón, en le caso que quepan.
Otra idea para conseguir que visualmente el sofá no se apodere por completo de nuestro salón, es optar por aquellos con los respaldos bajos o abatibles, lo cual nos dará más profundidad y hará que nuestro salón parezca más grande de lo que es en realidad.
Un salón pequeño no significa que tengamos que prescindir del equipamiento y comodidades de uno grande. Solo hay que tener en cuenta el espacio que tenemos y echarle imaginación para conseguir el espacio que queremos, asumiendo que los que lo tenemos pequeño, jugamos en otra liga y sabiendo que actualmente en el mercado podemos encontrar soluciones variadas a nuestro “problema”.
