Gracias a los avances tecnológicos de la industria, cada vez contamos con más protección y ayuda contra el fuego, las manchas o los ácaros. Pero al mismo tiempo que avanzamos, muchas veces esta misma industria se olvida de lo más importante: de nuestra seguridad.
Y es que, hoy en día, los productos químicos son un gran aliado, pero un mal uso de los mismos, ya sea por desconocimiento, o simplemente por ganar más dinero, pueden convertirlos en todo un peligro para nuestra salud y la de nuestra familia.
Éste es el caso de los llamados PFC’s, unos químicos de la familia de los perfluorocarbonos que actúan como repelentes. Estos químicos se utilizan en los envoltorios de muchos alimentos, así como en tejidos para ropa de deporte o en los tapizados de sofás o sillones, para repeler los líquidos.
Desde hace varios años, distintas asociaciones como Greenpeace, han estado investigando y poniendo de manifiesto el peligro que conlleva tanto para los seres humanos como para nuestro entorno, la utilización de los PFC’s, dado que nuestro organismo, al estar en contacto directo con ellos, los absorbe y no los puede eliminar de una forma rápida y completa, lo que puede ocasionar el desarrollo de enfermedades.
Según un estudio científico de la prestigiosa revista Human Reproduction, los altos niveles de estos químicos en el organismo se vinculan directamente con una mayor dificultad en las mujeres para quedarse embarazadas. Además, otro estudio realizado en 2008 por la Generalitat de Catalunya pudo constatar que los PCF’s se acumulan principalmente en el hígado y en la sangre, y que su expulsión por parte del riñón es muy lenta (puede tardar hasta 4 años), por lo que pueden atravesar la placenta y acumularse en el hígado del feto sin problema alguno.
Europa ha regulado y prohibido el uso de los PFC’s más perjudiciales en seres vivos. Aún así, organizaciones como Greenpeace siguen alertando en su informe “Dejando huella” presentado el pasado 2016, de la presencia de este tipo de químicos, por ejemplo, en ropa y equipación de montaña de marcas tan conocidas como The North Face.
Colección Galaxy 12 del Fashion Book 14 de Visual Textures by Aquclean
En lo que respecta a las tapicerías de sofás y sillones, en países como Estados Unidos son mucho más permisivos que en Europa en la utilización de los PFC’s. Un estudio llevado a cabo por la Universidad Duke y el Green Science Policy Institute el pasado año, en el cual se analizó la espuma de 101 sofás comprados en EE.UU. entre 1984 y 2010, puso de manifiesto que el 85% contenía aún algún químico retardante tóxico.
Por nuestra parte, desde Aquaclean, siempre en busca de los últimos avances tecnológicos para conseguir un producto no solo elegante y de calidad, sino lo más práctico, resistente y seguro posible, no empleamos PFC’s en ninguno de nuestros productos para asegurar unos tejidos de máxima calidad sin que por ello pongamos en peligro a nuestros seres vivos ni el medioambiente.
En nuestros laboratorios realizamos los tests necesarios para obtener los sellos de calidad que certifican que todos nuestros tejidos y sus procesos de fabricación, son totalmente inocuos para la salud y que se puede disfrutar de ellos al 100% con la garantía de una empresa que se preocupa por ti y por el entorno que te rodea.