1. Color a raudales

Los colores intensos están más de moda que nunca, y si sabes jugar con ellos, puedes conseguir destacar zonas que en principio se nos antojan aburridas o un poco sosas. Si tienes pintadas las paredes en blanco o colores neutros, prueba a pintar una de ellas, la que creas que puede conseguir un mayor efecto, de un color intenso que contraste, pero que vaya a juego con la decoración del mobiliario y demás. Si el salón es lo suficientemente luminoso, arriésgate con un color un poco más oscuro de lo normal. No solo conseguirás llamar la atención sobre esta zona, si no que verás los colores claros mucho más realzados.

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 El cambio es sencillo, rápido y muy efectivo.

2. Las telas son tus aliadas

Igual de efectivo resulta llenar de colorido y textura el salón a través de las diversas telas que lo visten. Desde las cortinas, pasando por los sofás, cojines o tapizado de los diversos muebles. Juega a cambiarlos con estampados florales o formas geométricas, consiguiendo un toque de vitalidad y energía positiva, de forma sencilla. Además, texturas como el pelo de animal, el lino, las sedas o los terciopelos, son lo último en decoración, por lo que no tengas miedo y reinventa a tu gusto. Un par de cojines peluditos sobre el sofá, pueden dar ese toque diferente y fresco que buscas para tu salón.

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 Aquaclean, la tela que se limpia con agua te presenta algunas de sus colecciones: de izquierda a derecha: Kabuki, Adra, Matsue y Vera

3. Plantas y flores para un toque natural

Puedes conseguir un bonito y fresco toque colocando algunas plantas o flores naturales en el salón. El truco está en combinar variedades, alturas y colores dependiendo de la pared que queda detrás de la planta y los muebles de alrededor. Por una parte, puedes buscar una composición dentro de una misma gama de colores, donde la planta se integre con el mobiliario y demás, o por el contrario, convertirla en el centro de atención, buscando un contraste extremo. Juega con las alturas y tamaños de las mismas, teniendo cuidado de que éstas no interfieran en la entrada de luz. Las plantas son un gran aliado a la hora de decorar, ya que además de dar un toque fresco y natural, ayudan a que el aire de la estancia esté mucho más limpio. ¿Qué más se puede pedir?

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4. Mobiliario ligero

Nos referimos a muebles como los pufs, que dan un toque joven y desenfadado a cualquier espacio y son un complemento perfecto para tu sofá. Resultan muy útiles cuando tenemos muchas visitas, además de ocupar poco espacio, por lo que son una apuesta segura. Otra cosa que puedes hacer, es rejuvenecer algún mueble viejo que ya tengas. Una pátina de pintura puede convertir este mueble en el centro de atención, ya que el estilo vintage-envejecido, está más de moda que nunca, con lo que de un plumazo conseguirás reciclar y darle un toque alegre a un mueble que creías perdido.

 

5. Alfombras mágicas

Muchas veces pasan desapercibidas, sin embargo marcan una gran diferencia. Siguiendo con el juego entre lo neutro y el color intenso, las alfombras pueden darte ese toque extra para redondear la decoración de tu salón esta primavera. Te recomendamos tejidos como las fibras naturales, ya que con el calor son mucho más agradables que las lanas o el algodón. Combina colores y diseños, y utilízalas para delimitar zonas como la de los sofás, o una zona que dediques a la lectura. Como comentábamos, los estampados florales o geométricos son un must en la decoración de tu hogar este 2015, por lo que tal vez una alfombra con rayas de cebra o un bonito dibujo que imite la naturaleza, darán un toque ecológico y fresco a la estancia.

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Como ves, con unos pequeños y sencillos cambios, puedes convertir tú mismo el salón en la alegría de la casa, así que anímate y ponte manos a la obra!