Eco, una palabra tan de moda desde hace unos años y que muchas veces no acabamos de entender bien, pero a qué hace referencia. Sí, sabemos que tiene que ver con productos naturales sin sustancias tóxicas, pero ¿solo se trata de eso? Pues no.
Para que a un producto se le otorgue la etiqueta “Eco”, debe cumplir estrictamente una serie de requisitos. En el caso de los tejidos y las telas, uno de los certificados eco imprescindible y más famosos es el OEKO-TEX® Standard 100 , emitido por la Comunidad Internacional OEKO-TEX®, compuesta por la unión de 16 prestigiosos Institutos de Investigación Textil y de Control en Europa y Japón, con representaciones y puntos de contacto en todo el mundo en más de 60 países, que otorga el sello según unos criterios rigurosos de seguridad y calidad de las telas y los tejidos. Su consigna, tal y como ellos explican, es realizar análisis independientes de sustancias nocivas.
El sello de garantía OEKO-TEX® Standard 100, es una forma de que el consumidor reconozca que el textil que tiene ante sí, procede de una cadena de fabricación totalmente segura. Para garantizar que así sea, desde 1992, las etiquetas OEKO-TEX® llevan incorporado un identificador único que te permite rastrear la producción de este tejido y comprobar que realmente es “verde”, sabiendo dónde se ha manufacturado, tratado y almacenado.
Algunos de los requisitos básicos para conseguir el sello es que los tejidos deben superar unas exhaustivas pruebas en el laboratorio. Los criterios de control van considerablemente más allá de las leyes existentes y han servido frecuentemente como precursores respecto a reglamentos legales como, por ejemplo, la exclusión de colorantes azoicos cancerígenos, los estrictos valores límite para formaldehído así como la prohibición de colorante alérgicos, lo cual es todo un logro, dado que en nuestro sociedad cada vez es mayor el número de personas que sufren alergias a este tipo de materiales.
Pero la ecología textil no solo se centra en cómo y con qué materiales se hace un producto, también trata el impacto de la fabricación del tejido en el medio ambiente y de las consecuencias para la salud y la seguridad de las personas que los fabrican y de aquellas que los utilizan.
Como ves, conseguir el sello OEKO-TEX® no es sencillo y no basta simplemente con no utilizar tóxicos. Detrás de este sello, encontramos una preocupación real, no solo por el medioambiente, sino también por las personas que forman parte del proceso de fabricación y por supuesto por el usuario final. Lograr que un tejido lleve la etiqueta OEKO-TEX®, ayuda a garantizar que el producto que se está adquiriendo es “verde” y seguro, pensando en nuestro presente y en el bienestar futuro de nuestros hijos.
Te recordamos que todos nuestro tejidos Aquaclean cuentan con el sello OEKO-TEX®, porque creemos que sin duda, el futuro es verde.